Cómo reducir el consumo de alcohol: los terapeutas comparten consejos prácticos

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Cada vez más personas cuestionan su relación con el alcohol, ya sea identificándose como “sobrios y curiosos”, “sobrios” o simplemente buscando moderación. Con una mayor conciencia sobre la resaca, la “ansiedad” y los riesgos comprobados para la salud del consumo de alcohol, reducir el consumo es una prioridad cada vez mayor. Sin embargo, hacerlo puede resultar difícil cuando el alcohol está profundamente arraigado en muchos entornos sociales.

El papel omnipresente del alcohol en la vida moderna

El alcohol no es sólo una bebida; es un elemento cultural. Como señala Leah Young, directora clínica de Pathlight Mood & Anxiety Center: “Es difícil ir a cualquier lugar sin que alguien te ofrezca una bebida”. Esta normalización se extiende desde eventos deportivos y reuniones corporativas hasta noches informales con amigos, e incluso sirve como muleta tanto para la celebración como para el duelo. Hilary Sheinbaum, autora de The Dry Challenge, observa que el alcohol se ha convertido en “el personaje principal de las situaciones sociales”, presente en las horas felices, las primeras citas, las fiestas de cumpleaños e incluso las rupturas. Esta accesibilidad constante hace que los recortes sean un desafío.

Por qué es importante: más allá de los riesgos para la salud

La ubicuidad del alcohol no es accidental. Décadas de marketing y tradición cultural han normalizado su presencia. Proporciona un lubricante social, facilita las interacciones y, a veces, enmascara el malestar subyacente. Intentar que el alcohol pase de un papel central a un elemento secundario requiere ajustes logísticos y resiliencia personal. La pregunta no es solo ¿puedes seguir yendo al bar con amigos, sino cómo reaccionarán los demás cuando dejes de beber?

Navegando por el rechazo social

Decidir no beber puede provocar curiosidad (o malestar) en los demás. Shani Gardner, LCSW de Soulful Grace Therapy, sugiere ver tales reacciones como “una cosa de ellos y menos de ti”. La gente podría proyectar sus propias ansiedades sobre su elección. Es importante abordar estas situaciones con amabilidad, pero no a expensas de tus límites.

Hayley Treloar Padovano, PhD de la Universidad de Brown, advierte contra pensar demasiado en las percepciones de los demás. “Llenamos los vacíos en nuestra cabeza con lo que creemos que otras personas piensan o sienten acerca de nosotros”, dice. A menudo, esas suposiciones son inexactas.

Mantener conexiones sociales sin alcohol

Reducir el consumo de alcohol no significa sacrificar la vida social. Sheinbaum enfatiza: “Seguirás siendo igual de divertido… si no más comprometido”. La clave es cambiar el enfoque de lo que tienes en la mano a la conversación misma. Dormir mejor, mejorar la digestión y ahorrar dinero son beneficios adicionales.

Seis estrategias prácticas para descentrar el alcohol

Aquí hay seis consejos respaldados por expertos para ayudar a reducir el consumo de alcohol:

  1. Prepare una respuesta: Si prevé que le ofrecerán una bebida, ensaye con antelación una negativa cortés. Esto genera confianza y minimiza la incomodidad. Frases simples como “Gracias, pero mañana tengo un gran día” o “En lugar de eso, me apetece una Coca-Cola Light” funcionan bien.
  2. Retrasa tu primera bebida: Si normalmente pides una bebida al llegar, espera 30 minutos. Esto pone a prueba su dependencia del alcohol y puede revelar que no lo necesita para sentirse cómodo. Treloar Padovano explica que la ansiedad se estabilizará; no sigue aumentando indefinidamente.
  3. Toma la iniciativa: Marca el tono pidiendo un cóctel sin alcohol, limonada o Shirley Temple. Otros pueden seguir su ejemplo. Organizar eventos en los que el alcohol no es central (noches de juegos, clases de cerámica) cambia aún más el enfoque.
  4. Comunícate tus intenciones: Comparte tus objetivos con amigos de confianza y explícales qué apoyo necesitas. La transparencia fomenta la comprensión y reduce la presión.
  5. Encuentre mecanismos calmantes alternativos: Si consume alcohol para controlar los nervios, explore alternativas más saludables. Las listas de reproducción, la meditación o los ejercicios de respiración profunda pueden proporcionar un alivio similar.
  6. Considere un desafío seco: Un período de abstinencia a corto plazo (enero seco, octubre sobrio) puede alterar los hábitos y demostrar beneficios a largo plazo. Sheinbaum señala que los desafíos pueden transformar las perspectivas sobre el impacto del alcohol.

Reducir el consumo de alcohol no se trata de privaciones; se trata de una elección consciente. Al implementar estas estrategias, puedes recuperar el control sobre tu vida social y tu bienestar, una bebida a la vez.

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